“Gracias quiero dar al divino
laberinto de los efectos y de las causas
por la diversidad de las criaturas
que forman este singular universo…” (Borges).
¿Existe un lenguaje implícito en ciertas formas de la naturaleza?
Espero reavivar la capacidad de asombro ante tantas maravillas y portentos que nos ofrece la naturaleza. Dejarme arrebatar por “lo sublime kantiano”, estimular mis sentidos, promover el entusiasmo ante nuevas percepciones, sentir el interés por lo misterioso, buscar todo tipo de tesoros ocultos… Avivar la curiosidad como si volviera a ser un niño, experimentar continuamente… Beber de estas fuentes para imaginar y crear otros mundos… y dar gracias por abrir mis ojos, enseñarme a contemplar y gozar de la belleza revelada.
En el contexto wabi-sabi, “naturaleza” significa varias cosas:
“Se refiere a la dimensión de la realidad física no tocada por los humanos: cosas en estado natural, puro. En este sentido, naturaleza quiere decir cosas de la tierra como plantas, animales, montañas, ríos y las fuerzas -a veces benignas, a veces violentas- del viento. La lluvia, el fuego etc. […] El wabi-sabi implica pisar levemente el planeta y saber valorar lo que se encuentra, aunque sea una pequeñez, en el momento en que se encuentra […] En la esencia tanto del wabi-sabi como del Zen está presente la importancia de trascender los modos convencionales de mirar y de pensar en las cosas/la existencia” (Leonard Koren).