Abro los ojos y me incorporo un poco. No sé dónde he ido a parar esta vez, ni qué fecha es. Me encuentro en el campo y diviso ciertos paisajes hermosos. La temperatura es agradable y, por el color de los prados y las hojas de los árboles, puedo deducir que es otoño, pero nada más. De pronto comienzo a oír, a lo lejos, el relinchar y trotar de unos caballos.
Agazapado tras unos matorrales, contemplo absorto y estupefacto las que parecen ser unas maniobras militares de soldados, nada menos que del siglo XVIII. Puedo identificar algunas tropas napoleónicas, como cazadores a caballo franceses, con su elegante uniforme de color verde, coraceros, húsares y varios oficiales entre ellos. Por otro lado, también puedo divisar otros soldados ingleses, algunos parecen ser dragones de la reina. Supongo que se trata de la época comprendida entre 1792 y 1815.
